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Remedios para el autismo o trastornos del espectro autista

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El autismo es un trastorno crónico de la capacidad de comprender lo que se ve, se oye y se toca y que se inicia durante la infancia.

Esto puede producir problemas importantes en la conducta personal y la capacidad para relacionarse con los demás. Una persona con autismo debe aprender cómo comunicarse y relacionarse con los demás, los objetos y los acontecimientos.

Sin embargo, no todos las personas con autismo sufren el mismo grado de afección. El trastorno varía en cada uno: una persona puede tener una conducta extremadamente rara y agresiva, y otra, un trastorno leve de la personalidad o una incapacidad para el aprendizaje.

El autismo se presenta hasta en uno o dos de cada 1.000 niños y progresa rápidamente. Es entre tres y cuatro veces más frecuente en niños que en niñas. Se da en todas las partes del mundo, en todas las razas y en todos los estamentos sociales. Suele hacerse evidente durante los tres primeros años de vida, aunque en algunos niños es difícil de precisar cuándo empieza.

A menudo, pasa sin diagnosticar hasta el inicio del período escolar. Una persona con autismo puede tener síntomas que oscilan desde leves hasta graves.

Aunque la causa exacta del autismo es desconocida, se han propuesto muchas posibilidades. Más que tratarse de una causa única se cree que la enfermedad se debe a la interacción de varios factores interdependientes. El número de interacciones entre estos factores probablemente difiere de una persona a otra.

Se han investigado estos factores desencadenantes, por ejemplo, síndrome alcohólico fetal, aspectos genéticos, defectos del tronco cerebral, intoxicación por químico, defectos del sistema nervioso, infecciones, alergias alimentarias e inhalatorias, reacciones vacunales en la infancia y deficiencias del sistema digestivo. Estudios recientes señalan que se trata de alteraciones importantes en la bioquímica corporal del niño.

Suelen encontrarse trastornos en el metabolismo de los ácidos grasos, en el equilibrio hidroelectrolítico, problemas en el funcionamiento digestivo, en la producción de glóbulos blancos y rojos, y en el equilibrio corporal de los minerales.

Las enfermedades que pueden tener un efecto como desencadenantes de conductas autistas son la rubéola en la mujer embarazada, la esclerosis tuberosa, la candidiasis, el síndrome del cromosoma X frágil, la encefalitis, la infección por citomegalovirus, las formas graves de infección por el virus del herpes simple y la fenilcetonuria no tratada.

También parece existir una fuerte base genética del autismo. Los gemelos genéticamente idénticos tienen muchísima más probabilidad que los fraternos de afectarse si uno de ellos presenta autismo. En una familia con un niño autista, la posibilidad de que el siguiente hijo también tenga autismo es de uno de cada 20, mucho más elevada que en la población normal.

A veces, los familiares de un niño autista tienen conductas leves que se parecen mucho al autismo, como comportamientos repetitivos y problemas sociales o de comunicación. La investigación también ha demostrado que algunos trastornos emocionales, como el trastorno bipolar, son más frecuentes en las familias de un niño con autismo. Algunos grupos de investigadores han encontrado relaciones entre un gen anormal y el autismo.

Existen varios genes que interaccionan entre sí y que están implicados como causa del trastorno. Los científicos sospechan que uno o varios genes imperfectos podrían hacer que la persona fuera vulnerable a presentar autismo en presencia de otros factores, como un desequilibrio químico, una infección o la falta de oxígeno al nacer.

El autismo afecta a la forma en que el cerebro utiliza o transmite la información. Algunos estudios han encontrado anomalías en determinadas partes del cerebro de las personas con autismo que muy probablemente sucedieron durante el desarrollo fetal. El problema puede centrarse en las zonas del cerebro responsables del procesamiento del lenguaje y de la información que procede de los sentidos. Los síntomas más comunes del autismo son problemas profundos con las interacciones sociales.

Los niños con este trastorno no dan abrazos, evitan el contacto ocular y, en general, no parece que les guste o busquen el contacto físico o el afecto. Estos niños no establecen lazos con los padres o el resto de la familia.

Es posible que no hablen en absoluto o que hablen muy poco, y pueden tener patrones de lenguaje muy extraños, como repetir las partes finales de las palabras o las frases. Aproximadamente el 10% de los niños con autismo tienen una capacidad excepcional en áreas particulares, como las matemáticas, el arte, la memoria o la música.

La mayoría de los niños autistas parecen tener retraso mental en algún grado. Los patrones de conducta extraña son muy frecuentes y pueden incluir la simulación repetida de las acciones de los demás, ritos complejos, ataques de gritos, balanceos rítmicos, movimientos de aleteo de los brazos, juegos con los dedos y llantos sin lágrimas.

Muchos de estos niños reaccionan a los ruidos golpeándose la cabeza o sacudiendo los dedos; alguno de los adultos autistas menos afectados que han escrito libros sobre sus experiencias infantiles refieren que los ruidos solían ser especialmente dolorosos para ellos, obligándoles a aislarse del entorno o a intentar sumergirse en su propio mundo inventado.

Una característica común a las personas con autismo es una insistencia en su propia identidad. Puede reaccionar intensamente a los cambios de alimentos, el vestido y la rutina.

Existen remedios caseros y terapias alternativas que ayudan a aliviar los síntomas del autismo y que a continuación sde detallan:

 

Remedios populares

Remedio para el autismo o trastornos del espectro autista #1: Verter 1 cucharadita de raíz de cálamo o ácoro seca en una taza de agua y hervir por 5 minutos.  Tapar y dejar refrescar.  Colar y tomar 1 vez al día.  Este remedio ayuda a mejorar la capacidad mental del niño.

Remedio para el autismo o trastornos del espectro autista#2: Hervir 1 cucharada de astrágalo en una taza de agua por 5 minutos.  Beber una vez al día.  Este remedio fortalece el sistema inmunológico.

Remedio para el autismo o trastornos del espectro autista #3: Verter 1 cucharadita de raíz de jengibre en polvo en una taza de agua que esté hirviendo.  Revolver y tomar 2 veces al día.  Este remedio mejora la función digestiva.

Remedio para el autismo o trastornos del espectro autista#4: Dar al niño autista el remedio homeopático Aethusa Cynapium 200 ch 2 veces por semana.

Remedio para el autismo o trastornos del espectro autista #5:  Suministrar al niño autista el remedio homeopático Stramonium 6

Remedio para el autismo o trastornos del espectro autista #6:  Proporcionar al niño complejo vitamínico B junto con el magnesio el cual mejora el contacto ocular, el lenguaje y los problemas de conducta.

Remedio para el autismo o trastornos del espectro autista #7:  Verter 1 cucharadas de hojas de ginkgo biloba en una taza de agua y hervir por 5 minutos. Cubrir y dejar reposar. Colar y tomar 1 vez al día.  Este remedio potencia la memoria y la concentración.

 

Recomendaciones

Procurar que el niño autista consuma alimentos integrales sin conservantes ni aditivos, incluyendo los colorantes alimentarios. Es importante observar que los niños autistas pueden tener una dificultad particular para tomar edulcorantes como el glutamato monosódico, y estos productos químicos pueden interferir después en los impulsos nerviosos alterados.

Evitar alimentos preparados, como la harina blanca, el azúcar blanco, la margarina y las grasas hidrogenadas, ya que alteran la estabilidad de la bioquímica sanguínea.

Permitir que el niño reciba un entrenamiento integrador auditivo, basado en el método Berard, o el método Tomatis.

Acudir a las sesiones de la terapia cráneo-sacra, ya que también puede mejorar los síntomas del autismo al eliminar la compresión de los huesos y las membranas del cráneo.

Acudir a sesiones de musicoterapia que, según estudios, estimulan positivamente el comportamiento de los niños autistas.

 

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2 comentarios en Remedios para el autismo o trastornos del espectro autista

  1. Siempre he querido saber si los niños autistas nacen ya así o se vuelven autista en un momento de su vida? Lo pregunto por un sobrino que tengo y que me parece que desarrolló el autismo a los 4 años.

    • remediospopulares.com // 25 marzo, 2016 en 10:10 am // Responder

      Hola Isaura:

      Algunos niños pueden volverse autistas después de una enfermedad grave o de una experiecia traumatica. Pero, al parecer la mayoría de ellos son autistas desde que nacen, aunque la enfermedad no se haga evidente hasta los 2 o 3 años; edad en la que la limitación de la conducsta social se pone de manifiesto.

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