Vitaminas y minerales para el acne

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El acné puede afectar a una persona a cualquier edad, pero en especial en la adolescencia y nos preguntamos ¿Por qué es así?

Como la producción de sebo (una sustancia que lubrica la piel y que segregan las glándulas sebáceas) aumenta durante la adolescencia, los orificios de los poros pueden obstruirse y pueden desarrollarse fácilmente comedones, granos y espinillas blancas (o acné miliar). De allí que el acné prolifere con más facilidad entre los adolescentes.

Otro factor que puede fomentar la aparición de acné es el estrés mental tanto en los jovenes como en la edad adulta y las reacciones alérgicas a los cosméticos, los alimentos o los medicamentos son otros causantes potenciales.

Es posible que, al quitar cuidadosamente la gotita de pus de un grano, se pueda acelerar su curación, pero si se lo aprieta con fuerza contribuirá a hacer que se formen cicatrices y obligará a que la bacteria se esparza por los tejidos vecinos, lo que expande el acné.

Para los hombres que padecen de acné, el afeitado es un problema especial. Si se afeita con navaja, enjabónese con sus manos, pues las cerdas de una brocha de afeitar tomarán los gérmenes de los granos y los dispersarán por toda la cara, de modo que ésta nunca se sanará.

La alimentación también juega un papel importante a la hora de combatir el acné, ya que existen ciertos nutrientes que pueden ayudar. A continuación, se detallan éstos:

Vitaminas contra el acné

Vitamina A En forma de beta-caroteno, de 10.000 a 25.000 unidades internacionales IU una o dos veces al día (bajo supervisión médica, hasta 100.000 IU diarias durante un mes).

Complejo B Una tableta al día, además de hasta 300 miligramos de vitamina B-6, niacina y ácido pantoténico (300 de cada uno), en dosis diarias separadas, durante no más de un mes. La vitamina B-6, tomada en pequeñas dosis a lo largo del mes, resulta especialmente eficaz para el acné que surge durante los períodos menstruales.

Vitamina C y bioflavonoides De 1.000 a 3.000 miligramos de vitamina C y de 200 a 1.000 miligramos de bioflavonoides en dosis diarias separadas ayudan a la curación y retrasan la propagación.

Vitamina E De 100 a 800 unidades internacionales IU diarias, para evitar que la vitamina A se destruya dentro del cuerpo.

Minerales para combatir el acné

Calcio Si se ha limitado la ingestión de leche y sus derivados, 800 miligramos de suplementos de calcio al día, ayudan a mantener el equilibrio ácido/álcalino necesario para tener un cutis terso.

Zinc De 30 a 50 miligramos, todos los días durante las erupciones. Además de ser un supresor de bacterias eficaz, el zinc ayuda a la curación y es esencial para el funcionamiento de las glándulas de grasa.

Otros suplementos

Acidophilus Una o dos cápsulas o una porción de yogur acidófilo con cada comida son especialmente importantes si se han recetado antibióticos.

Carbón En pruebas clínicas se han obtenido asombrosos resultados al tomar dos tabletas de carbón activado (activated charcoal) después de cada comida durante dos semanas; después, se toman dos tabletas al día, pero no se debe continuar durante períodos prolongados porque el carbón puede interferir en la absorción de nutrientes.

Sales de schüssler El remedio que se sugiere para el acné en los adolescentes son tres tabletas de Cale. Phos. 6X de tres a cuatro veces al día. Si la piel está inflamada, se pueden añadir dosis alternas de Cale. Sulph., Ferr. Phos., Kali. Sulph., Nat. Phos. y Silícea (todos de 6X). Cuando el acné demora en curarse, el Nat. Sulph. puede ser beneficioso.

Recomendaciones

La limpieza cuidadosa es un componente esencial para el tratamiento del acné. Lavarse la cabeza con frecuencia, ayuda a evitar que el acné se extienda al cuero cabelludo.

Para la piel afectada por acné, el método más aceptado es lavarse dos veces al día con jabón suave, enjuagarse bien con agua tibia y luego secarse dándose golpecitos con una toalla.

Para quienes prefieren no usar jabón, existen líquidos de lavar opcionales como leche (la leche cortada puede secarse sin hacerse un enjuague), jugo de limón diluido, la solución de una parte de alcohol con 10 de agua, o té de papaya y menta (mint) resultan adecuados.