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Remedios para la hemorragia digestiva

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boca hasta el ano, está revestido en todo su trayecto por una capa mucosa con diferentes características en cada punto del mismo. Esta capa mucosa recubre y protege los vasos sanguíneos que llegan hasta ella, impidiendo que las sustancias potencialmente agresivas que circulan por el aparato digestivo puedan dañarlos.

■ Se denomina hemorragia digestiva a la pérdida de sangre procedente de un punto o una región de este sistema y constituye una de las urgencias médicas más frecuentes. La exteriorización de la sangre procedente del tubo digestivo puede manifestarse de cuatro maneras diferentes:

• Hematemesis: consiste en el vómito de sangre o coágulos de la misma; esta sangre puede ser fresca (rojo brillante), oscura o «en posos de café» o puntos de color oscuro entre un líquido más claro.
• Melenas: expulsión por el ano de heces de consistencia pastosa y color negro muy brillante (similar al carbón) junto con un olor especialmente intenso y desagradable.
• Rectorragia: expulsión de sangre fresca aislada o mezclada con las heces.
• Hematoquecia: heces de color oscuro o rojizo con características en general intermedias entre las normales y las hemo-rrágicas.

En ocasiones, pueden producirse pérdidas sanguíneas ocultas por el tubo digestivo que pasan desapercibidas hasta la progresión de la enfermedad digestiva causante o hasta que la anemia secundaria a dicho sangrado se hace patente.

La mortalidad asociada a la hemorragia digestiva varía entre el 5 y el 20% de todos los casos, dependiendo ésta directamente de la cuantía del sangrado, de su origen, de la edad del paciente y de la existencia de otras enfermedades importantes concurrentes.

Según el punto de origen del sangrado podemos dividir la hemorragia digestiva en dos tipos: hemorragia digestiva alta o producida por encima del llamado ángulo de Treitz (a la altura de la unión del duodeno con el yeyuno) y hemorragia digestiva baja u originada en un punto inferior a dicho ángulo del intestino delgado.

Hemorragia digestiva alta

■ Se manifiesta en forma de hematemesis o vómitos sanguinolentos y melenas que se producen, bien por la expulsión directa de la sangre por la boca, o como resultado del tránsito prolongado de la sangre por todo el intestino hasta su defecación. Las principales causas de hemorragia digestiva alta son:
• Ulcera péptica: es la responsable de casi la mitad de los casos de este tipo de hemorragias, tanto la úlcera gástrica como la duodenal. En la mayoría de los casos se autolimitan de forma espontánea y tienden hacia la curación, mientras que en ocasiones pueden persistir durante mucho tiempo y provocar graves complicaciones si no son tratadas.
• Varices esofágicas: producidas como consecuencia de una afectación hepática crónica o cirrótica que incrementa la presión en los vasos que irrigan el esófago hasta hacerlos estallar.
• Síndrome de Mallory-Weiss: o lesión de la mucosa en el punto de unión del esófago con el estómago, que provoca sangrados intermitentes especialmente tras el abuso de alcohol.
• Erosiones gástricas difusas: se denominan así a pequeñas lesiones de la mucosa gástrica producidas como consecuencia de la ingesta de ciertos medicamentos como el ácido acetilsalicílico, los antiinflamatorios y los glucocorticoides. El alcohol, los alimentos ácidos, el estrés y algunas enfermedades agudas (grandes quemaduras, infecciones graves, postoperatorios complicados) pueden también provocar este tipo de lesiones.
• Hernia de hiato: cuando adquieren un tamaño considerable, este tipo de hernias pueden acompañarse de lesiones traumá-
ticas en la porción de estómago que se ha introducido a través del diafragma en la cavidad torácica.
• Esofagitis: consiste en la inflamación de parte de la mucosa del esófago como consecuencia del reflujo ácido del contenido estomacal hacia el mismo y puede provocar pequeñas hemorragias constantes y desapercibidas.
• Otras causas: tumores del tracto digestivo superior, fístulas y malformaciones vasculares son responsables también de hemorragias digestivas altas aunque en proporción menor.

HEMORRAGIA DIGESTIVA BAJA
■ Se manifiesta normalmente en forma de rectorragia o hematoquecia, aunque en ocasiones puede presentarse también en forma de melenas, si el punto sangrante está lo suficientemente alejado del ano o el tránsito intestinal es lento. Las principales causas de hemorragia digestiva baja son:
• Hemorroides: son la causa más frecuente de hemorragia digestiva baja o concretamente de rectorragia. Su fácil accesibilidad y por tanto su fácil diagnóstico permiten identificarlas de manera sencilla. En raras ocasiones suelen complicarse hasta el punto de producir anemia.
• Enfermedad diverticular del colon o di-verticulosis: la formación de estas estructuras en forma de saco sobre la pared de la mucosa del colon puede acompañarse de sangrado intermitente por la erosión de un vaso en el fondo del divertículo.
• Alteraciones vasculares del intestino: consisten en malformaciones de la mucosa intestinal, congénitas o adquiridas, que se manifiestan como pequeños sangrados intermitentes.

 

Tumores: la rectorragia es un síntoma asociado al desarrollo de tumores, tanto benignos como malignos, generalmente a nivel del colon. Se trata de hemorragias crónicas y leves que rara vez producen pérdidas sanguíneas masivas.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICAN
LAS HEMORRAGIAS DIGESTIVAS?
■ El diagnóstico de este tipo de hemorragias se basa en tres aspectos fundamentales:
1. Historia clínica del individuo: edad, antecedentes de hemorragias digestivas previas, síntomas acompañantes (dolor abdominal, diarrea, cambios del ritmo
intestinal), aspecto de las heces, ingesta de fármacos gastroerosivos y presencia de enfermedades asociadas como las hepatopatías crónicas, la insuficiencia renal o las alteraciones de la coagulación.
2. Exploración física: especialmente el tacto rectal para descartar hemorroides, fisuras y masas tumorales a nivel rectal, al tiempo que se observan las características de las heces almacenadas.
3. Pruebas complementarias:
• Análisis de sangre: permite valorar la presencia de anemia por un sangrado crónico, defectos de la coagulación y presencia de enfermedades asociadas. Algunos parámetros como la urea pueden elevarse perceptiblemente durante el sangrado digestivo agudo.
• Gastroscopia o endoscopia digestiva alta: es el mejor método diagnóstico ya que permite identificar y visualizar el origen del sangrado, valorar su pronóstico e incluso tratar el punto sangrante en ocasiones. Su indicación puede ser urgente cuando se sospecha un sangrado activo importante.
• Rectosigmoidoscopia o endoscopia digestiva baja: consiste en la visualiza-ción de la mucosa de la porción inferior del colon en busca de puntos de sangrado, tumores u otras alteraciones. En ocasiones es necesaria la exploración completa del colon o colonos-copia.
• Otras pruebas: la arteriografía y la gammagrafía pueden localizar el punto de sangrado cuando éste se escapa a las posibilidades de la endoscopia. La radiografía tras ingesta de bario (papilla) y el enema opaco pueden ser útiles para el diagnóstico en los periodos sin sangrado.

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